Blogia
ENTRE LINEAS

Entre la fría arena y la sal del mar… (Cuento interactivo de dos y para dos)

Entre la fría arena y la sal del mar… (Cuento interactivo de dos y para dos)

Le gustaba pasear por la playa las noches de luna llena. Cada plenilunio, invariablemente, se sentaba a contemplar el puente de luz que la luna dibujaba sobre el mar imaginando que Ella lo cruzaba para encontrarse con El entre una lluvia de estrellas. “Allí nos conoceremos”, le había dicho, “quiero sentir el contraste del calor de tus manos al recorrer mi cuerpo, con la arena fría en mis pies. Quiero absorber el sabor salado del mar, con el dulce placer de tus húmedos besos. Sólo así, en esa particular contienda entre calor y frío, entre sal y azúcar podré mantener el equilibrio necesario cuando me encuentre a tu lado”.

 

 

 

Esa noche la luna brillaba con un halo especial, y el aire que al aspirar entraba por sus pulmones era embriagador como lo debía ser la dulce ambrosía para los dioses. El crepúsculo embelesaba, como una bella dama. El, tumbado en la fina arena de la playa, no cegaba en su empeño de deleitarse con la contemplación del astro lunar, en su total presencia. Perdido en esas divagaciones, de pronto fue consciente de un reflejo mayor que el de la luna, que a modo de puente parecía abrir un camino en las oscuras aguas del océano. Sinuosa, por encima de aquella lunar senda; Ella, avanzando vestida por una fino orvallo de seducción bordando su piel morena. Gotas de rocío en sus labios entreabiertos, rogando ser fundidos en maná con la calidez de los besos deseados. Con paso lento pero seguro, abriéndose camino entre las salinas aguas, cual Venus portando la capa de lluvia de estrellas, llegaba hasta El. ( Noa- )

 

 

 

 

 

 

No se atrevió a tocarla por miedo a que su condición mortal pudiese enturbiar aquella belleza divina. En ese momento supo que no era para él, no obstante siguió dejándose envolver por aquella imagen. Ella, levitaba ahora encima de la arena evitando que sus pies no entrasen en contacto con la fría arena. El mar, además, empezaba a trazar surcos en la piel de sus labios amenazando colar partículas de sal que acabarían por ensangrentarlos. Estaba claro que su encuentro, tantas veces deseado por él, había sido una fantasía tejida en el cielo por cien noches de soledad y urdida en las incertidumbres de Ella. No llegaron a mirarse a los ojos. No de la manera que El soñó. Sin pronunciar una palabra Ella se dio la vuelta, llevándose por el puente de luz de la Luna, ahora más tenue, un buen puñado de estrellas que a buen seguro Ella depositaría en otros universos.

 

Ella no entendía que pasaba. Había nacido en su mente, en sus ensoñaciones. El era su auténtico creador. Pero al avanzar hacia El había sentido su miedo, y había sido paralizante para Ella. Cuántas veces había ansiado que terminara de dibujarla en sus sueños, para poder crecer como una realidad ante El. Ella era suya, nunca podría ofrecer sus gotas de húmedo deseo, o el puñado de estrellas de historias por vivir a nadie más. Así que se dio la vuelta, y por el puente sobre lo que ahora eran aguas turbulentas se encaminó a la luz, hacia la luna.

 

El cada noche de luna llena, siguió paseando por la playa, para terminar tumbado. Allí, sobre la fina arena, terminaba quedándose dormido. Ese era el momento en que Ella avanzando por el puente de plata de rayos de luna, llegaba junto a El. Sabiéndose en su mente, en sus sueños; se conformaba con yacer junto a El en la arena y sentir su olor, su calor, su cuerpo. Al alba, después de que Ella volviera a cruzar su puente hacia la luna, una fina lluvia de estrellas de deseo que al contacto con la arena se deshacían en finas gotas de rocío, El despertaba. Calado por la concupiscente lluvia, sus dedos recorrían la silueta de un halo plasmado en la arena; y al acercarlos a sus labios tener la certeza de que era Ella. En el se esbozaba una tenue resignada sonrisa y un pensamiento: ya quedaba menos para la próxima luna llena.

 

 

 

15 comentarios

-

Una historia que casi tenía olvidada. Hay que ver cómo se ven las cosas tan diferentes en la distancia que marca el tiempo... Un saludo Lluvia.

Lluvia -

Me ha encantado, un sueño inspirador, a veces la belleza nació para ser admirada y no ultrajada..
Perfecta para la imaginación, un deseo, una pasión.. Linda historia..

Ruy Orlando Aguilar Hdz. -

es un relato muy sensual y seductor vale la pena leerlo

cieloazzul -

Magistral!!
llenito de ensoñación y emoción...
la luna siempre inspira..
y ustedes le han dado sentido a la inspiración!
besos!!!

Noa- -

Mi continuación...

Ella no entendía que pasaba. Había nacido en su mente, en sus ensoñaciones. El era su auténtico creador. Pero al avanzar hacia E había sentido su miedo, y había sido paralizante para Ella.
Cuántas veces había ansiado que terminara de dibujarla en sus sueños, para poder crecer como una realidad ante El.
Ella era suya, nunca podría ofrecer sus gotas de húmedo deseo, o el puñado de estrellas de historias por vivir a nadie más.
Así que se dio la vuelta, y por el puente sobre lo que ahora eran aguas turbulentas se encaminó a la luz, hacia la luna.

El cada noche de luna llena, siguió paseando por la playa, para terminar tumbado. Allí, sobre la fina arena, terminaba quedándose dormido.
Ese era el momento en que Ella avanzando por el puente de plata de rayos de luna, llegaba junto a El.
Sabiéndose en su mente, en sus sueños; se conformaba con yacer junto a El en la arena y sentir su olor, su calor, su cuerpo.
Al alba, después de que Ella volviera a cruzar su puente hacia la luna, una fina lluvia de estrellas de deseo que al contacto con la arena se deshacían en finas gotas de rocío, El despertaba.
Calado por la concupiscente lluvia, sus dedos recorrían la silueta de un halo plasmado en la arena; y a acercarlos a sus labios tener la certeza de que era Ella.
En el se esbozaba una tenue resignada sonrisa y un pensamiento: ya quedaba menos para la próxima luna llena.


Para Noa-, rectificar es de sabias -

Pego tu parte... y seguiré en el mismo escrito. Mil disculpadas ;-)

Noa- -

Aysss entre para ver si habías añadido algo y me di cuenta que al transcribir a los comentarios había cometido algún fallo.
Te dejo el texto tal y como debía haber hecho al principio, pegándolo del original escrito en word.


Esa noche la luna brillaba con un halo especial, y el aire que al aspirar entraba por sus pulmones era embriagador como lo debía ser la dulce ambrosía para los dioses. El crepúsculo embelesaba, como una bella dama.
El, tumbado en la fina arena de la playa, no cegaba en su empeño de deleitarse con la contemplación del astro lunar, en su total presencia.
Perdido en esas divagaciones, de pronto fue consciente de un reflejo mayor que el de la luna, que a modo de puente parecía abrir un camino en las oscuras aguas del océano.
Sinuosa, por encima de aquella lunar senda; Ella, avanzando vestida por una fino orvallo de seducción bordando su piel morena. Gotas de rocío en sus labios entreabiertos, rogando ser fundidos en maná con la calidez de los besos deseados.
Con paso lento pero seguro, abriéndose camino entre las salinas aguas, cual Venus portando la capa de lluvia de estrellas, llegaba hasta El.


Mil disculpas

Para marcela ortega, robando en buena lid -

Todas las que quieras aunque, si pones la mía de salvapantallas, puedes romper la pantalla de tu PC...:-) Besos

Para Noa-, dándome historia -

Tu respuesta merece un escrito más sosegado aunque me da un no sé qué acabar un relato mal cuando está plagado de bellas palabras...Atravesaré la noche hasta llegar al alba y, en el alba, me confundiré con la luz del sol...

Para fantasía, siempre hay una primera vez -

Espero que, además de colarte, te "cale". Es todo tuyo.

Para Alba y Alvaro, belleza por partida doble... -

Estaros atentos a Noa-, ella la hara sublime. Un beso

marcela ortegga -

mina!

luna llena, incita,remece, suaviza, me llena de recuerdos, tambien de anhelos.

bella foto. te robe una foto. la necesitaba.

un beso.

Noa- -

Esa noche la luna brillaba con un halo especial, y el aire que al aspirar entraba por sus pulmones era embriagador como lo debía ser la dulce ambrosía para los dioses. El crepúsculo embelesaba, como una bella dama.
Él, tumbado en la fina arena de la playa, no cegaba en su empeño de deleitarse con la contemplación del astro lunar, en su total presencia.
Perdido en esas contemplaciones, de pronto fue consciente de un reflejo mayor que el de la luna, que a modo de puente parecía abrir un camino en las oscuras aguas del océano.
Sinuosa, por encima de aquella lunar senda; Ella, avanzando vestida por una fino orvallo de seducción bordando su piel morena. Gotas de rocío en sus labios entreabiertos, rogando ser fundidos en maná con la calidez de los besos deseados.
Avanzando con paso lento pero seguro, abriéndose camino entre la salinas, cual Venus portando la capa de lluvia de estrellas, llegaba hasta Él.



Queda para que si es tu gusto, sigas atravesando la noche hacia la luna, por el puente bajo la fina lluvia.

fantasía -

Precioso...
Muy buenas, me he colado en tu espacio y me ha gustado el comentario sobre tu blog. Ese mismo tema, fue mi primer post :)
Volveré a leerte

Alba y Alvaro -

Desde luego, puede ser el comienzo de una bella historia, aunque ya es bello en si mismo.

Besos desde el agua